Los judíos granadinos.
En este barrio se encontraba la antigua juderia de la ciudad musulmana, cuando se conocía como Garnata al-Yahud, «Granada de los judíos».
En la época romana en Iliberris existía una de las principales aljamas de Hispania. Tenemos noticias de esta comunidad porque en el Concilio de Elvira, que tuvo lugar en el año 303, se incluyeron cuatro cánones que tratan de las relaciones con los judíos.
Además Gregorio Iliberritano o Bético, que debió ser obispo de Iliberris durante casi toda la segunda mitad del siglo IV d. C., escribió una serie de homilías (Tratados sobre los libros de las Santas Escrituras). Dos de ellas están dedicadas a prácticas judías: la circuncisión (homilía IV) y el sábado (homilía VIII).
Con la llegada de los Visigodos las relaciones entre cristianos y judíos fueron fluidas hasta el Concilio de Toledo en el año 589. En este concilio el rey Recaredo se convierte al catolicismo y comienza la persecución contra los judíos. La situación irá empeorando hasta el punto que colaboraran con los invasores árabes en el año 711.
Durante el Emirato y Califato de Córdoba hubo un periodo de distensión entre judíos y musulmanes en el que la comunidad hebrea llega a prosperar. En la época de la dinastía Zirí un judío, Samuel ibn Negrella, llegaría a ser primer ministro de los reyes Habus y Badis. A este le sucedería en el cargo su hijo Yusuf Nagrella.
Sin embargo la ambición de Yehosef y las envidias que había despertado entre la nobleza y el clero musulmán daría lugar a un complot en el que sería acusado de conspirar contra el rey Badis, este complot degeneró en una matanza indiscriminada de judíos. Abraham ibn Daud (s. XII) dice que Yehosef fue asesinado por los magnates bereberes, un sábado, el nueve del mes de Tébet del año 4827 (30 de diciembre de 1066). Los supervivientes de la barbarie huyeron a Lucena, como fue el caso de la familia del visir asesinado: su viuda e hijo que se refugiaron bajo la protección de Yishaq ben Yehudah ibn Gayyat, maestro de la Ley y poeta, pasando a engrosar la muy numerosa población judía, y contribuyendo de modo decisivo a la pujanza cultural de la ciudad cordobesa.
Durante el dominio almorávide hubo cierta tolerancia, pero el fanatismo almohade estuvo a punto de acabar con las comunidades judías de Al-andálus.
Con la dinastía nazarí se inicia una nueva etapa en la que los judíos serán tolerados por los reyes nazaritas. Granada se convierte en tierra de refugio para los judíos perseguidos por los cristianos a partir de 1391. Los últimos años anteriores a la toma de Granada representan un periodo de pesimismo ante la inminente conquista de la ciudad y el triste destino que esperaba a la comunidad hebraica.
Con la toma de Granada se ordena su expulsión y exilio en el decreto promulgado por los Reyes Católicos en marzo de 1492. Disponían de cuatro meses para abandonar el reino si no se convertían al cristianismo. Los ya conocidos como sefardíes, judíos de Sefarad, nombre que ellos habían dado a España, zarparan desde los puertos de Málaga y Almería hacía el norte de África.
Entre los judios granadinos que han pasado a la historia podemos citar a:
Samuel ben Yosef ibn Nagrella (993-1055) que sería primer ministro de los reyes ziries Habus y Badis. Penetró profundamente en los principios de la lengua árabe y estaba familiarizado con las obras de los gramáticos más sutiles. Hablaba y escribía árabe clásico con la mayor facilidad, empleando esta lengua en las cartas que redactaba en nombre de su rey.
Moshe Ibn Ezra (1055 – 1135) funcionario de la corte del rey Abdallah y uno de los mas importantes poetas del “siglo de oro” de la literatura hebrea. Llevó una vida placentera hasta que, tras la llegada de los almorávides (1090) y la dispersión de sus amigos y parientes, se decidió finalmente por marcharse a la España cristiana, donde vivió la amargura del exilio.
Yehudah ibn Tibbón (1120 – 1190) médico, filosofo, traductor y poeta abandonó Granada en 1148 con sólo 28 años, aunque la huella dejada fue imborrable. Sus traducciones del árabe al hebreo posibilitaron la transmisión de muchos y muy valiosos conocimientos. Su estatua preside las calles Colcha y Pavaneras desde 1988.
Moseh Hamón (1490 – 1544). Tras la expulsión de Granada su familia se instala en el imperio Otomano. Médico de los sultanes Selim I y Suleimán el Magnífico.