«Hace unos 60 años varios prestigiosos observatorios e institutos científicos de varios países alertaron de una amenaza real: un debilitamiento de la capa de ozono de la cubierta externa y la aparición de “agujeros” muy preocupantes y, por otro lado, un exceso de CO2 y, en menor medida, otros gases de efecto invernadero, en la atmósfera cercana. En todos estos años las investigaciones demuestran que ese exceso es el causante del incremento acelerado e inédito de la temperatura media del planeta, del calentamiento global y de un cambio climático sin precedentes.
El diagnóstico de miles de científicos, avalados por la ONU y la Organización Meteorológica Mundial, no deja lugar a la duda: el exceso de CO2 es consecuencia de la quema de combustibles fósiles de una industria masiva y muy potente que produce energías sucias y, si no se le pone freno radical en diez o quince años, podemos estar abocados hacia el fin de siglo a una situación irreversible, con catástrofes meteorológicas y de salud incontrolables y un millón de especies animales y vegetales extinguidas.
La parte negativa es que, al menos hasta ahora, no hay en los Gobiernos suficiente voluntad política para revertir la situación. La parte positiva es que la juventud está diciendo “basta ya, nos están robando el futuro”, cada vez son más conscientes, la Ciencia les da la razón y ¡TODAVÍA ESTAMOS A TIEMPO!» (Saturio Ramos Vicente, doctor en Física y catedrático de la Universidad de Sevilla)