El Carmen de los Mártires
Con sus más de siete hectáreas es el más grande de los Cármenes de Granada. El magnífico palacete está rodeado de jardines románticos y huertos nazaríes, con extraordinarias vistas panorámicas de Sierra Nevada, la Vega y la ciudad.
Ubicado en la falda sur del Mauror, Jerónimo Münzer en 1494 escribe que en época musulmana en esta colina se realizaban maniobras militares y justas medievales. En ella se encontraban numerosos silos y mazmorras, por lo que los cristianos que trabajaban en la construcción de palacios y proyectos reales la llamaron Corral de los Cautivos y más tarde Campo de los Mártires. Se cree que hasta 7000 prisioneros fueron encerrados en las enormes mazmorras excavadas en las rocas hasta 1492 cuando los Reyes Católicos tomaron posesión de Granada.
Boabdil partió de este lugar para entregar las llaves de la ciudad. En el Carmen de los Mártires la Reina Católica, mandó edificar la primera iglesia de la ciudad, una ermita en la parte más alta de la colina en conmemoración de los mártires cristianos que sufrieron martirio.
En 1573 se erige el convento de los Carmelitas, del que fue prior San Juan de la Cruz, que además de escribir varios libros durante su estancia, plantó árboles y dedicó parte de su tiempo al cuidado del huerto y jardines monacales. La figura del místico está relacionada con un árbol a cuya sombra se sentaba a escribir, este árbol se creía que era un cedro del Líbano, aunque en realidad se trata de un ciprés que puede ser visitado siguiendo el camino que discurre tras el huerto monacal.
En 1842 tras ser destruido el convento, la propiedad se convierte en finca de recreo que pasaría por diferentes propietarios hasta que fue adquirida por el general Carlos Calderón, que fue quien edificó el palacete. El palacete, de trazado clásico, tiene dos plantas, sus salones están decorados con gran escenográfica de resultados más efectistas que el propio valor real de sus materiales.
El general Calderón mandó construir la cerca que rodea el Carmen. Los reyes doña Isabel II y don Francisco de Paula visitaron el Carmen de los Mártires el día 12 de noviembre de 1862. Otro personaje ilustre fue el poeta José Zorrilla que residió en esta finca desde el 15 de junio al 23 de julio de 1889, durante su estancia en Granada para ser coronado Poeta Nacional en el Palacio de Carlos V. El 2 de julio se celebró una fiesta en su honor a la que asistieron más de ocho mil invitados. Como recuerdo de ello se conserva una lápida de la época en la fachada posterior del palacete.
Don Humberto Meersmans, lo adquirió en 1891. Nacido en Tervueren, Bélgica en 1853, se instaló a los 30 años en Granada, había conocido el Carmen por su amistad con el general Calderón. Fue empresario dedicado a explotaciones mineras de hierro, plomo y cobre en las provincias de Granada, Almería, y en el norte de Africa.
En 1904 residieron en el Carmen los reyes don Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia, que regalaron al Sr. Meersmans una pareja de ciervos. Meersmans frecuentaba los círculos culturales granadinos y llegó a ser un personaje fantástico y legendario, amigo de Manuel de Falla y Federico García Lorca. Fue nombrado hijo adoptivo de Granada por el Ayuntamiento el 29 de julio de 1912.
En 1930 el Carmen pasó a ser propiedad del Duque del Infantado quien lo ornamentó con sus blasones en la fachada y patios. Colocó las estatuas de Carlos III y Femando VI en la explanada de entrada y embelleció casa y jardines, con cascadas y lagos.
El estanque se convirtió en lago romántico con una isla en el centro, cargada de evocadoras ruinas y columnas. En la huerta conventual surgieron espléndidas avenidas con detalles escultóricos de estilo versallesco, laberintos de mirto y jardines andaluces con fuentes moriscas, cascadas y grutas ocultas. Existía un espeso bosque en cuyas umbrías pastaban ciervos en libertad. En el patio de la acequia un azulejo relacionaba el lugar con el cardenal Mendoza.
Sor Cristina de Arteaga, hija y heredera del Duque, escribe que «dolido de que no quedara en el Carmen memoria alguna de Felipe II, el monarca que dio a los Carmelitas el agua capaz de transformar el desierto en oasis le dedicó una gran fuente, que llevaría su nombre, entre las embrujadas sombras de un sinfín de palmeras fundidas en una sola masa», el actual jardín de las palmeras. El duque pasaba todos los años largas temporadas en «Los Mártires», con sus hijos.
Sor Cristina, religiosa jerónima, donó el Carmen al Ayuntamiento de Granada en 1943. En ese mismo año fue catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Jardín Histórico.
En los años 70 una operación inmobiliaria destruyó gran parte de la propiedad bajo la pretensión de construir un hotel. La presión social impidió que el proyecto siguiese adelante, aunque no se pudo evitar gran parte de la destrucción. El bosque desapareció casi por completo, decenas de árboles centenarios y el laberinto romántico que lo atravesaba desaparecieron, así como ejemplares de plátanos, castaños de indias, cedros, madroños y una encina cuya plantación se atribuía a Santa Teresa de Jesús. En los años ochenta se restaurarían el Palacete y jardines. Actualmente los jardines están abiertos al público y el palacete se utiliza para bodas y recepciones oficiales.
Patio nazarí
fue concebido y realizado por el Duque del Infantado como homenaje a la jardinería nazarí. El patio posee un empedrado granadino, rodeando un largo estanque inspirado en el Patio de la Acequia de la Alhambra, con macetas y ventanales. En el centro existe una pequeña gruta excavada en la pared.
Jardín inglés
se sitúa a la espalda del palacete y está formado por un bosque tupido de palmeras con una fuente dedicada a Felipe II en el centro.
Jardín español
está situado junto a la terraza próxima al Auditorio Manuel de Falla. Se hizo a imitación de los jardines de los cármenes granadinos, pero fue destruido en los años 60 y ahora sólo queda un estanque rodeado de rosales y algunos de los tilos originales.
Jardín francés
El Jardín Francés es diferente del primitivo. Ahora con una imagen boscosa, destacan los grandes magnolios, palmeras, naranjos y arbustos de flor.
Isla del Lago
está rodeada por el estanque donde se alojan cisnes negros. El lago está bordeado por árboles y arbustos entre los que destacan palmeras, setos de arrayán y cañas de bambú. Además en la isla se encuentra uno de los árboles más singulares del lugar, el árbol de las pelucas, llamado así porque sus frutos poseen unos pedúnculos fructíferos plumosos que, en verano y otoño, le dan un aspecto de cabellos sobre las hojas. También existen carpes, madroños, cedros de Bussaco, originarios de la primera plantación, con unos 150 años de edad.
El huerto
El huerto ha sido restaurado y se ha respetado la mezcla de especies que podría haber conformado la vida monacal, plantas hortícolas, medicinales y aromáticas como romero, tomillo, orégano, lavanda o fresas. Al fondo del huerto se ha construido un cenador con caña de Motril.